Si no te ven, no existes.

Gracias a la publicidad, pueden conocer tu negocio, los servicios y productos que ofreces. A menudo cometemos el error de dar por supuesto que el público conoce lo que les ofrecemos, y creemos que con mostrar nuestra marca es suficiente. Pero lo más probable es que empresas y negocios similares al nuestro estén haciendo lo mismo, y por tanto, no podamos destacar.

El problema de la publicidad es que, no es suficiente con que te conozcan, te deben reconocer, es decir, el cliente debe haberte probado, y al verte, desee repetir. La tarea de la publicidad, por tanto, será la de convertir el producto en algo diferente al resto, y que sea consumido de manera usual por un determinado público.

La publicidad está en todas partes, y no solamente en la televisión o en la radio, aparece cuando abrimos una aplicación, cuando vemos una serie…, y siempre adaptándose a nuestros gustos y al cómo evolucionamos.

En la publicidad, cuanto más llegue un producto al público, más probabilidades habrá de que este producto sea consumido.

Pero no solamente debe llegar e informarnos, ese “reconocer el producto” significa que nos debe provocar una sensación, un recuerdo, un pensamiento, que es lo que se traducirá en su venta.

Publicitar un producto requiere gastar dinero, pero si se hace de manera creativa, usándose todos los medios a nuestro alcance, y con profesionalidad, creará un impacto positivo en la mente de los consumidores, y por tanto, crecerán las ventas. Invierte en publicidad. Invierte en traducir tu producto en sensaciones, y por tanto, en ventas.