Puntos Básicos para una Buena Gestión

Gestionarse bien, no se consigue a la primera. Hay que aprender, y como a veces se aprende es equivocándose, y tomando nota de cómo conseguimos salir del error.
Un negocio va más allá de vender un producto o cobrar por mano de obra.

En primer lugar hay que tener una correcta planificación, esto es:

-Tener claro el qué hacer: no intentar abarcar más de lo que se puede o lo que se quiere; definir productos y servicios.
-Cuándo realizarlo: para ello habrá que prever cuánto tiempo nos llevará una determinada tarea, y no intentar coger más trabajo del que podamos realizar en un tiempo determinado.
-Dónde hacerlo: en este sentido nos referimos a ubicación física del negocio, por lo que éste deberá estar adaptado a nuestra actividad; también habrá que tener en cuenta si trabajamos en diferentes sitios (no tenemos una ubicación concreta), habrá que calcular si el tiempo de desplazamiento y el dinero en carburante merecen o no la pena para realizar un trabajo.
-No dejar nada al azar: pues es probable que desde que se planifica un trabajo hasta que se termina salgan miles de imprevistos, por lo que es importante dejar un presupuesto aprobado, el cual será flexible, y el cliente tendrá claro cuánto cuesta la mano de obra y aproximadamente el trabajo hecho, a lo que habrá que sumar los imprevistos.

                                        

En segundo lugar hay que organizarse correctamente:

-Tener en cuenta con qué recursos se cuenta, y organizarlos en el tiempo para poder utilizarlos, gastando lo menos posible y cubriendo el mayor número de trabajo.
-También hay que tener en cuenta si los recursos que tenemos son suficientes, y habrá que contar con ellos antes de empezar una actividad.

En tercer lugar hay que tener una buena comunicación:

-Con los empleados: especificar qué se espera de ellos en un momento determinado, no dará lugar a equívocos. Por supuesto, de una manera correcta y con mensajes claros y concisos.
-Con los compañeros: puesto que el trabajo en equipo es esencial para cualquier negocio.
-Con los clientes: lo que hará que ambas partes tengan claro qué les ha ofrecido o pedido el otro, y qué conseguirán cuando acabe el trato.
-Relaciones cordiales: necesarias para tener un buen clima de trabajo.

Y por último, en cuarto lugar, hay que tener un control:

-Revisar que se están cumpliendo las tareas planificadas.
-Revisar que se están cumpliendo los objetivos establecidos tanto a corto, medio como a largo plazo; y en función de esos resultados, hay que ir modificando nuestro proceder.
-Vigilar el comportamiento de nuestros trabajadores: ver si están cumpliendo con sus tareas, si están trabajando a gusto, y si un trabajador no cumple con sus tareas o no trabaja con la energía o buen hacer que se espera de él, habrá que preguntarse el porqué.

Desde Explora Tomelloso esperamos haber ayudado con esta entrada del blog.

           

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